¿Qué es eso que usáis en terapia con cables en la cabeza?

Un recurso más dentro de una mirada amplia, cuidadora y profundamente humana.

¿Qué es eso que usáis en terapia con cables en la cabeza?

Un recurso más dentro de una mirada amplia, cuidadora y profundamente humana.

¿QUÉ ES EL NEUROFEEDBACK?

El neurofeedback es una herramienta que, en algunos procesos terapéuticos, puede acompañar de forma valiosa al trabajo que ya se está haciendo.

No es una intervención aislada, ni una técnica mágica, ni un enfoque neurocentrado.

No lo utilizamos para “corregir” cerebros ni para moldear a las personas en función de expectativas externas, sino como un recurso más dentro de una mirada amplia, cuidadora y profundamente humana.

Se trata de una técnica basada en la lectura de la actividad eléctrica del cerebro a través de electrodos que solo registran (no emiten nada). Esa actividad cerebral se traduce en estímulos visuales o auditivos que el cerebro recibe como una especie de espejo suave. Si se acerca al estado que estamos entrenando —por ejemplo, regulación, concentración o descanso—, el estímulo se mantiene (la pantalla avanza, el sonido continúa). Si no, se detiene levemente. Así, sin necesidad de hacer un esfuerzo consciente, el cerebro va aprendiendo a reorganizarse de forma más eficiente. Este aprendizaje ocurre de forma experiencial, no porque se entienda racionalmente, sino porque el sistema nervioso recibe señales consistentes y delicadas que le permiten descubrir caminos más sostenibles. Y cuando esto se da en un espacio donde se siente acompañado y seguro, ese aprendizaje puede ir asentándose con mayor profundidad.

A través del neurofeedback entrenamos distintos estados cerebrales, que son formas en las que el cerebro se organiza y responde a lo que está viviendo. 

Por ejemplo, un estado puede ser la regulación emocional, otro puede ser la concentración, el descanso profundo, la flexibilidad mental o la integración emocional. 

Cada uno de estos estados está vinculado a un patrón específico de actividad eléctrica. Durante las sesiones, lo que hacemos es reforzar las ondas cerebrales que nos interesan para ese estado, y suavizar aquellas que lo dificultan. 

Así, poco a poco, el cerebro aprende a moverse con más fluidez entre diferentes formas de estar y responder al mundo, sin forzarlo ni imponerle un ritmo.

Es la terapeuta quien valora en qué momento tiene sentido incluir esta herramienta y con qué objetivo, en sintonía con el proceso que acompaña. Por eso, no es una intervención estandarizada: su sentido está en el contexto terapéutico que lo acoge. No lo entendemos como una fórmula externa que lo solucione todo, sino como una forma más de escuchar al sistema nervioso.
A veces, cuando las palabras no bastan, o cuando se necesita un sostén más corporal y directo, esta herramienta puede ser una gran aliada. Porque hay cerebros que aprenden mejor cuando se les ofrece, con cuidado, una nueva forma de verse a sí mismos.

Si todo lo que te he explicado sobre neurofeedback te ha resultado interesante y crees que puedo ayudarte, déjame tus datos en este formulario de contacto para poder agendar una cita.